martes, 10 de enero de 2017

INFORME ECONÓMICO; SUDÁFRICA

La historia de Sudáfrica en los últimos 200 años, ha venido marcada por el colonialismo que le precedió. En 1902, termina la Guerra de los Boers, con la derrota de estos. En 1910 se crea la unión de Sudáfrica; abarcaba cuatro de las antiguas colonias inglesas, que no alcanzarán su completa independencia hasta 1961. Socialmente, Sudáfrica se ha asentado en un férreo régimen de separación racial, con absoluto privilegio de la minoría blanca. Entre 1950 y 1990 el apartheid dominará la vida política y social del país. Desde entonces, con la subida al poder del Congreso Nacional Africano liderado por Nelson Mandela, se han abolido leyes discriminatorias y se han promulgado otras que pretenden la integración social y la homogeneización económica de la población. Pero la realidad es que, aunque jurídicamente iguales, las desigualdades económicas en Sudáfrica siguen siendo enormes.

Es el segundo país más rico de Africa en términos de PIB (317,29 miles de millones USD en 2015) y el más industrializado (Alberga el 75% de las empresas africanas). Su economía se basa en: la minería (mayor productor de oro, platino y cromo del mundo) y la industria (líder mundial en varios sectores especializados: materiales rodantes ferroviarios; combustibles sintéticos y maquinaria minera). Estos sectores suponen más de un 30% del PIB y ocupan al 25% de la población activa. En cuanto a su sector servicios,  es floreciente, ocupa a más del 70% de la población y supone 2/3 del PIB. Destacando su incipiente sector turístico que no logra despegar. La agricultura, con destino fundamentalmente a la exportación, sólo supone un 2,5% del PNB y sólo emplea al 5% de la población activa del país. En 2015 se sufrieron grandes sequías que han causado gran conflictividad social.

Sudáfrica está considerado como un mercado financiero emergente; cuenta con una sofisticada estructura financiera y una bolsa activa situada entre las 20 primeras del mundo en cifras de capitalización. En cuanto a intercambios comerciales, cabe destacar su estrecha relación con China y sus progresivos intentos por penetrar en el resto de los mercados africanos, a quienes suele representar en los foros comerciales internacionales.

Tiene una tasa de crecimiento de entorno al 1,5%, una tasa de desempleo de 25,8 en 2015 y de inflación de 4,8

En términos de renta, es un país de renta intermedia: 6,483 USD y en términos de IDH (0.66), ocupa el lugar 116 (sobre 188). Lo que pone de manifiesto que la riqueza existente en el país se concentra en unas pocas manos y el bienestar no alcanza a la mayoría de la población. En 2015 sólo el 75% de la población tenía acceso a la energía eléctrica. El ratio de acceso a un ordenador era de 8,4 sobre 100. El sistema educativo y las infraestructuras están insuficientemente desarrolladas. Lo mismo puede decirse del sistema de sanidad pública. Sudáfrica se enfrenta a un gravísimo problema de salud con el VIH, se estima que es el país con mayor número de infectados en el mundo.

El crecimiento poblacional gira en torno a grandes ciudades donde se forman gigantescas bolsas de pobreza.

En suma, Sudáfrica es un país con muchas expectativas de futuro pero no igualmente halagüeño para todos sus ciudadanos.

sábado, 7 de enero de 2017

LAS GRANDES CRISIS FINANCIERAS

“Las grandes crisis financieras” es una monografía en la que Carlos Marichal, hace un análisis cronológico de las crisis financieras que han golpeado a la sociedad occidental entre 1873 y 2009. Se centra pues en el Siglo XX y sus devenires históricos y económicos.

Me gustaría resaltar que esta especie de manual me ha ayudado a ver y comprender la asignatura de una forma totalmente diferente, ya que como alegó un compañero en la valoración escrita en clase quizás con el libro haya aprendido más sobre economía e historia de los últimos 150 años  que en mis 14 años escolares

Sin embargo, su lectura, me ha  dejado con la duda de si quizá se desconoce más de lo que se sabe respecto a las crisis financieras. No existen posturas claras en cuanto a que existan factores que, de modo automático, desencadenen estos fenómenos económicos. Lo que sí parece claro es que la combinación de algunos de ellos suele ser el origen de muchas de las crisis financieras del siglo XX.

Se admite que existen crisis financieras de distinta naturaleza (Bordo): cambiarias, bancarias, bursátiles, de deuda externa y de países emergentes. Se postula también (Eichengreen) que existen las llamadas “crisis gemelas”, es decir que unas llevan aparejadas otras. Las crisis de finales del XIX y primera mitad del XX, reflejan la interelación entre crisis bursátiles y bancarias. En su segunda mitad, las crisis latinoamericanas y de países emergentes parecen rebelar un maridaje entre crisis cambiarias y de deuda externa. ¿Cuál es el hilo conductor de unas a otras?

Las crisis de deuda externa parecían ser un mal que afectaba a la periferia económica. El Siglo XXI y la brutal “gran recesión”, harán de la deuda externa una de las principales preocupaciones de países situados en el núcleo interno del sistema financiero. La deuda soberana, del sur de Europa perderá su valor.¿Tenemos pues ,dos tipos de crisis de deuda externa? .¿Ha descendido el sur de Europa un escalón dentro del sistema financiero y monetario internacional? ¿Seguimos estando dentro del “club “de los acreedores o hemos caído en el patio de los deudores?.

También parece desprenderse del análisis de Marichal que la existencia de un sistema financiero y monetario internacional sólido evita las crisis. Atribuye el autor la estabilidad financiera de las décadas de los 50 y 60, al establecimiento del sistema de Bretton Woods, poniendo de manifiesto que tras su desaparición las crisis se multiplicaron. ¿Sigue siendo válido el sistema de dinero fiduciario que manejamos desde entonces? ¿Podría ser hora de volver a instaurar un sistema financiero y monetario a nivel internacional de mayor solvencia? ¿Estamos los ciudadanos desprotegidos y a merced de la honestidad o deshonestidad de los grandes operadores financieros a nivel internacional?

Otro aspecto que cabe destacar del análisis es la capacidad de contagio de las crisis e incluso su efecto multiplicador. Se da por admitido que, el crack del 29 fue el patrón-oro lo que propició su propagación a nivel mundial. Tras su desaparición, sin embargo, las crisis siguieron extendiéndose, cada vez más, más rápida y más profundamente. En la era de la comunicación instantánea y la globalización financiera ¿Son suficientes las medidas de protección existentes?

Por último hay un factor, eminentemente humano la desconfianza y el pánico. Marcaron la crisis de los tulipanes y siguieron marcando todas las crisis hasta el 2.008.Son factores psicológicos con una dimensión económica de primer orden. ¿Cambiarán las nuevas tecnologías y el poder de los nuevos medios de comunicación,el comportamiento en lo sucesivo?.

En conclusión las crisis financieras del pasado nos ofrecen explicaciones sobre lo que podemos esperar en el futuro, pero lo que no cabe duda es de que seguirán produciéndose