domingo, 25 de diciembre de 2016

EL TÉ Y LA SAL; DOS PRODUCTOS QUE CAMBIARON EL MUNDO (PARTE 2)

La Marcha de la Sal tuvo lugar en 1930, fue igualmente un acto de desobediencia civil organizado por Ghandi, como protesta por el impuesto que con que Inglaterra gravaba en la India el consumo de la sal.

Al igual que el motín del té, la marcha de la sal se considera un hito fundamental en la independencia de la India (entendida como la india colonial que aglutina varios países actuales: India, Pakistán, Bangladesh y Ceilán).

En este caso Ghandi, orquestó una protesta pacífica y multitudinaria a la que, partiendo de 78 personas, se fueron uniendo miles en el Camino desde Sabamarti a la ciudad de Dandi en la Costa y una vez allí instó a los ciudadanos Indios a violar la prohibición de producir sal y a desecar su propia sal sin ocultarse.

La independencia de la India, como el motín del té, es hija de su tiempo y a diferencia de éste no presenta un corte político netamente liberal, sino que 150 años después los nacionalismos se aúnan con movimientos de reivindicación social. Se pretende conseguir la independencia de modo paralelo a la mejora en las condiciones de vida de la población. Es en Asia, donde en mayor medida se producirá este fenómeno, lo que originará la instauración de regímenes comunistas y socialistas en la zona (China, Korea, Birmania, Laos o Vietnam). El caso de la India es menos acentuado y los nuevos gobiernos nacidos de la independencia, tendrán un tinte socialdemócrata que no realizarán reformas de calado en cuanto a cuestiones sociales se refiere. El asesinato de Ghandi en 1948 tuvo mucho que ver en los derroteros que finalmente tomaron los acontecimientos.

Existe también una importante diferencia entre las emancipaciones decimonónicas y las del siglo XX. En este último, algunos procesos emancipadores no pasan por una guerra de independencia previa, sino que son fruto de un proceso de negociación política

En las últimas décadas del Siglo XIX, Inglaterra da un giro en la manera de administrar sus colonias y le va concediendo una cierta autonomía política y económica mediante el reconocimiento del estatus jurídico de “dominio”. Estas negociaciones políticas se van desarrollando a través de las llamadas "Conferencias Imperiales". En 1865 se concede el estatus de dominio a Canadá( alcanzará la independencia definitiva en 1931), en 1907 a Nueva Zelanda, en 1920 a Sudáfrica; en 1901 se independiza Australia y Egipto en 1932. Complementa el sistema la creación en 1884 de la Common wealth, como órgano aglutinador que le permite seguir ejerciendo un cierto control sobre las antiguas colonias. Esta institución tomará forma definitiva en 1931 con el Estatuto de Westmister.

La independencia de la India, joya de la corona de las colonias británicas, se enmarca en este entramado . La marcha de la sal, es un buen ejemplo de ello, pues al fin y al cabo viene a ser la reacción con la que responde El Congreso Nacional (partido independentista liderado por Nehru y Ghandi), a la negativa de Inglaterra a conceder a la India el estatus de dominio. Emprendiendo a partir de entonces un camino de tira y afloja en las relaciones entre la colonia y la metrópoli que se prolongará hasta 1947. Será la derrota electoral de Winston Churchill después de la guerra y el ascenso de los laboristas al poder lo que posibilitará un nuevo y definitivo impulso al proceso independentista.

No todas las potencias coloniales adoptarán esta postura negociadora en la independencia de sus colonias. Francia, que usará la figura del protectorado y de la Unión Francesa, adoptará una postura de mano dura lo que la llevará a embarcarse en las guerras coloniales de Indochina (1946-1954)y de Argelia( 1954-1962), que terminarán respectivamente con la independencia de Argelia, Laos , Camboya y Vietnam(dividido en dos zonas). Igual actitud tomó Portugal que se embarcó en la guerra de Angola (1961-1974) y no será hasta 1975, una vez triunfó la revolución de los claveles (Abril de 1974), que las colonias portuguesas (Angola, Mozambique e India "portuguesa") alcanzan la independencia.

No obstante, si bien la emancipación de la India no fue fruto de un proceso bélico, previa a la misma en 1946, se producirá una guerra de religiones entre musulmanes e hinduista que se saldará con la separación de ambas comunidades en dos países India y Pakistán. Con posterioridad se formará Bangladesh por desmembración de la región de Bengala.

Como en el caso de las colonias americanas, que seguirán siendo icono para los países que buscan su independencia, la emancipación de la India constituirá un hito importante en el proceso de descolonización inmediatamente posterior a la segunda Guerra Mundial.Al calor del clima proclive a la descolonización en buena parte liderado por la India alcanzan su Independencia Birmania ,Ceilán y Palestina en 1948; Libia en 1951;Marruecos y Túnez en1956. Fruto de esta corriente independentista es la conferencia de Bandung de 1955, liderada por Nehru (India)y Sukaro (Indonesia). En el marco de la guerra fría, esta conferencia supondrá la creación del bloque de países no alineados, lo que posteriormente dará en llamarse tercer mundo.

Si algo se puede resaltar del proceso independentista de la India es su carácter poliédrico que presenta numerosas aristas. Sobre lo ya explicado cabe además resaltar el hecho de que por primera vez en la historia se usa la resistencia pacífica como arma política de presión. La marcha de la sal es la quinta-esencia de ello. Este acto de desobediencia civil, basado en la filosofía de la no violencia, demostrará la eficacia de la resistencia pasiva como instrumento de cambio social lo que supondrá un hito en los procesos de cambios políticos y sociales del siglo XX extendiendo sus efectos mucho más allá del momento y lugar en que nació. El testigo fue retomado por los movimientos de lucha por los derechos civiles que se desarrollaron en EEUU entre 1955 y 1968. En 1963 Martin Luther King organiza unas marchas sobre Whasington, bajo el mismo prisma de la marcha de la sal .Incluso el fenómeno hippie en la década de los 60 y los movimientos de oposición a la guerra de Vietnam (1965-1970), son herederos de la tradición de la no violencia y la resistencia pasiva. En 1970 volverá a convocarse una nueva marcha sobre Whasington contra la guerra de Vietnam que bloqueó la ciudad. Los movimientos anti apartheid desarrollados por el Congreso Nacional Africano, en Sudáfrica entre 1955 y 1977 con líderes con S. Vico o Nelson Mandela, harán también uso de esta técnica de transformación política.

Con notables semejanzas, como hemos visto, con el motín del té, la marcha de la sal no responde, sin embargo, a una sociedad política y económicamente madura que reclama su independencia. En el caso Indio y en general en lo que hoy denominamos tercer mundo, serán unas élites crecidas y educadas en la metrópoli las que toman conciencia de que la situación de dominación imposibilita el desarrollo de los países colonizados, haciendo que las condiciones de vida de sus poblaciones sigan siendo precarias y sin visos de mejora . Pero estas élites tendrán que manejar masas sociales millonarias en número que además constituyen sociedades muy tradicionales y profundamente atrasadas e iletradas.

En cualquier caso, nadie se cuestiona que estas élites tuviesen intereses de clase que pretendían y supieron defender, rentabilizando en beneficio propio de la emancipación de los países

No hubo en el caso de la sal un grupo social específico que viera perjudicado directamente y en mayor medida por el impuesto, como fueron los colonos contrabandistas del té. En este caso el impuesto tuvo un carácter generalista, pues al ser la sal el medio de conservación de los alimentos, la tasa encarecía el precio de los mismos y perjudicaba a toda las clases sociales. Fue esto precisamente lo que hizo de la sal un elemento idóneo para instrumentar una protesta transversal, multitudinaria y global. Tenía la capacidad de actuar como catalizador que aunara las diferentes fuerzas sociales y de canalizar la protesta de un modo homogéneo y unificado.

No es la economía la fuerza oculta tras esta protesta que más bien responde a una estrategia política perfectamente calculada por Ghandi y su entorno. Supo usar su carácter de catalizador y además utilizó con maestría el efecto de bola de nieve, logrando aglutinar masas que alcanzaban multitudes que eran inmanejables para las autoridades británicas. Consiguió bloquear la capacidad de represión del Gobierno colapsando sus instrumentos, era imposible detener juzgar y encarcelar, a tal número de personas. En pocos días la policía y los juzgados estaban colapsados ante la avalancha de detenciones que la desobediencia civil generalizada había ocasionado (60.000 personas fueron detenidas y encarceladas).

Ghandi, educado en Inglaterra era perfectamente consciente del poder de la opinión pública y de su capacidad de presión sobre los gobiernos. En ello los medios de comunicación jugaban un papel fundamental y también supieron mover este resorte los organizadores. La marcha estuvo constantemente acompañada de una legión de periodistas de todos los medios internacionales que iban retransmitiendo al mundo, casi en tiempo real, lo que allí estaba ocurriendo con lo cual se generó un estado de opinión, no sólo en Inglaterra sino en el mundo en general , favorable a los marchistas. Consiguieron con este “foco informativo”, colocar una importantísima presión sobre el gobierno británico, que se vio colocado bajo la lupa, no sólo de su ciudadanía, sino de la del mundo en general.

Todo esto obligó a las autoridades británicas a reformular sus posturas, eliminando el impuesto, legalizado el secado de sal que dejó de ser un monopolio y sobre todo modificando su talante hacia la emancipación de la colonia. Pero no todo fue un camino de rosas, fueron preciso 17 años de lucha política y un baño de sangre provocado por la guerra de 1946 entre hindúes y musulmanes y la desmembración del país para que la india alcanzase su independencia y se configurara como el estado que hoy conocemos.

Pero cabe preguntarse qué tienen en común el té con la sal para ser capaces de generar procesos con tal paralelismo. La respuesta está en el uso que cada una de las sociedades de su tiempo hacía de estos productos. El té no se usaba como bebida refrescante. En las colonias del Siglo XVIII, la falta de agua salubre y de saneamientos convertía al té en una bebida que al contener agua hervida evitaba la contracción de enfermedades. Sería el equivalente a nuestra agua potable, para la cual difícilmente podían encontrarse sustitutivos. Igual ocurre con la sal que era el principal medio de conservación de alimentos en la India de los años 30. Y nos enseña la microecononomía básica que estos tipos de bienes presentan una demanda muy inelástica, lo que facilita la alteración artificial de los precios mediante la introducción de impuestos. Esto los convirtió en un eficiente instrumento de política fiscal a cada uno en su momento y sociedad. Pero también nos enseña la microeconomía que en estos bienes con demanda muy inelástica son los consumidores quienes soportan casi en su totalidad el peso del impuesto, es decir afectan la sociedad en su conjunto, lo que los convirtió en catalizadores políticos que les permitieron ser instrumentalizados en importantísimos cambios políticos y sociales.



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